Ciencia y Religión...

Meditación...

miércoles, 12 de mayo de 2010

¿Te gusta sufrir?


Hay gente a la que le gusta sufrir…


El sufrimiento es el sentimiento a través del cual esas personas se comunican con la familia, con la gente, con el mundo; en él basan el amor que sienten por los demás y el que provocan, logran tener amistades, atención y cuidados. En fin, en el dolor está fundamentada su propia existencia.
Por lo tanto lo cultivan, cualquier cosa es motivo suficiente para llorar: el clima, el trabajo, los días de descanso, los viajes, los paseos, la música, la situación económica, y qué decir de los hijos, de la pareja, de los padres, de los hermanos, de los amigos, de los vecinos, ¡todo!
Todo les provoca dolor, llanto, sufrimiento… No pueden o no quieren ver lo bueno y bonito de la vida.
¡Y qué lejos de la realidad están! Ahuyentan a la gente, pocos quieren verlos, platicar, tener su compañía. No es nada motivante saber que vamos a volver a escuchar una y mil veces las tristes historias de su niñez, de su adolescencia, de los amigos y amores perdidos, de lo difícil que ha sido encontrar pareja, vivir a su lado, del trato que reciben o recibieron de sus padres, del dolor enorme de su muerte, de los hijos que desde que se concibieron provocaron dolor y qué ingratos han sido, ¡malagradecidos!...
¿Quién no conoce a alguien así? ¡Hasta deprimidos nos sentimos cuando estamos con ellos! Nadie puede haber sufrido más, si alguien se atreve a contarles de algún problema, de alguna enfermedad, de algo que le provoca tristeza, entonces brincan, le quitan la palabra y cuentan otra historia mas cruda. No, nadie sufre más que ellos.
Si conoces a alguien así, aléjate y cuéntaselo a quien más confianza le tengas. No quiero decir con esto que seamos insensibles, que no sepamos escuchar y dar consuelo. Lo que quiero decir, es que no seamos presas de nadie así porque si lo permitimos, ni ayudamos a esa persona y si nos perjudicamos nosotros, sólo nos buscará como paño de lágrimas. Cargaremos por siempre ese costal de amargura que esa persona nos obsequia.
Hay que reír, hay que ser alegres y que la demás gente se contagie de esa alegría. Tenemos tantas cosas maravillosas a nuestro alrededor, tanto por que ser felices, sólo basta querer apreciarlo.
Alguna vez leí por ahí: toma diez minutos de tu tiempo para llorar y después ríe y disfruta de lo mejor que tienes…

No hay comentarios: